Por Odalis Francisco Marte
@ofmarte
La pandemia de la Covid-19 puede ser considerara como un choque permanente con consecuencias de largo plazo en la economía mundial y en nuestras vidas. En efecto, como resultado de esta alteración, las expectativas de crecimiento económico a nivel mundial indican una contracción en la producción, por lo que el ciclo económico global se ha tornado negativo.
La fuerte perturbación que ha inducido la pandemia sobre la economía no sólo se manifiesta en la caída abrupta de la producción debido a las medidas necesarias para enfrentar la propagación del coronavirus sino en la aceleración de cambios en la manera en como trabajamos, nos educamos, nos reunimos, compramos, así como en la cadena de suministros que sustentan la producción y el comercio internacional.
Como todo ciclo, al final de cuentas, la situación actual tendrá un final por lo que en algún momento la economía iniciará un periodo de recuperación sostenible el cual habrán de aprovechar los países preparados para sacarle ventaja a la fase post pandemia.
Precisamente en lo referente al comercio mundial, se debe recordar que al conocerse el brote del nuevo coronavirus en Wuhan, China, a principios del año 2020 y las subsecuentes medidas de confinamiento para contener el contagio implicó una interrupción temporal de la cadenas de suministros para varias industrias, principalmente en países avanzados lo que dejó claro el riesgo de concentrar tanta dependencia de las cadenas de valor global en la actividad manufacturera de China. No obstante, ya antes de la ocurrencia de la pandemia se había iniciado un proceso gradual de re-localización de procesos de producción y servicios hacia países cercanos a los grandes mercados (nearshoring) o hacia el país de origen de la empresa (onshoring).
Las tensiones comerciales, los ciberataques y los riesgos climáticos caracterizados por el aumento de la frecuencia de los huracanes y las olas de calor están exponiendo a las empresas a interrupciones de suministros cada vez más costosas. Como resultado, según el estudio Riesgo, Resiliencia y Re-equilibrio en las Cadenas de Valor Globales (McKinsey Global Institute, 2020) las empresas pueden esperar en promedio que una interrupción de suministros que dure más de un mes las golpee cada 3.7 años, con un costo de más del 40 por ciento de las ganancias de un año cada década. Eso está cambiando el cálculo detrás de las inversiones para diversificar las cadenas de suministro o acercarlas a los grandes mercados.
Movimientos de localización de procesos productivos en las cadenas de valor
Offshoring
(deslocalización) | Basar algunos de los procesos o servicios de una empresa en el extranjero para aprovechar costos más bajos. |
Onshoring o Reshoring
(reubicación) | Transferir una operación comercial que se trasladó al extranjero de vuelta al país desde el que se deslocalizó originalmente. |
Nearshoring
(acercamiento) | Transferir una operación comercial a un país cercano, especialmente con preferencia a uno más distante. |
Fuente: Elaborado con la ayuda de https://www.lexico.com |
A pesar de la difícil situación actual, puede haber espacio para el optimismo para algunas empresas. Las multinacionales habían comenzado a repensar su dependencia de China incluso antes de la pandemia y es más probable que en los meses venideros aceleren la re-localización de su producción offshore hacia países más cercanos (nearshoring). Muchas economías emergentes deberían estar en condiciones de aprovechar esas circunstancias. Los relativamente bajos costos laborales, reducidos aún más por la depreciación de la moneda local, la proximidad a los grandes mercados y acuerdos comerciales con los Estados Unidos de América (DR-CAFTA) y la Unión Europea (EPA) podrían facilitar, por ejemplo, que la República Dominicana fortaleciera su posición en las cadenas de suministro mundiales, si se esfuerza para elevar su competitividad en el mediano plazo. Tal vez se necesitarían afinar dos cosas: una estrategia de promoción de exportaciones comprehensiva bajo un contexto de alianza gobierno-empresas, y un aumento de la cultura exportadora en el sector privado.
Cabe resaltar que, en efecto, los avances tecnológicos han reducido la ventaja competitiva de bajos costos laborales y los requerimientos de rápida entrega de productos por parte de los consumidores han obligado a las firmas que procuran acceder a cadenas de suministros más cortas o cercanas y en distintas localizaciones. Así, un reporte del McKinsey Global Institute (2020) estima que las empresas multinacionales podrían trasladar una cuarta parte de su abastecimiento global de productos a nuevos países en los próximos cinco años. Consideraciones de costos y las presiones gubernamentales para volverse más autosuficientes podrían hacer que más de la mitad de la producción farmacéutica y de ropa se traslade a nuevos países, actividades en las que la República Dominicana, los países de Centroamérica, México y Haití tendrían ventajas competitivas.
¿Qué hacer para aprovechar los cambios en las cadenas mundiales de suministros?
Habría un conjunto de tareas que requerirían de políticas públicas enfocadas y amplia colaboración del sector privado. En efecto, López y Ruiz-Arranz (2020) indican que para aprovechar el establecimiento de empresas orientadas al mercado estadounidense se debe mejorar el clima de negocios para motivar la inversión de capitales nacionales y extranjeros, fortalecer las instituciones, particularmente las relacionadas con el comercio internacional y la inversión extranjera, diseñar estrategias comprehensivas para priorizar sectores estratégicos y simplificar la tramitología para atender a los inversionistas por medios digitales. En general, la recomendación de los citados autores para que los países de Centroamérica, la República Dominicana, Haití y México puedan ser productores confiables de insumos para las cadenas globales de valor de América, se detallan a continuación, cito:
•Apalancar su conocimiento en la industria textil, agroalimentaria, y de equipo médico.
•Presentar una oferta exportable de mayor valor agregado basado en esta base de producción.
•Incrementar las capacidades de integración productiva local con canales de distribución soportados en inversiones extranjeras, principalmente en sectores como la agroindustria.
•Atraer nuevas inversiones productivas en procesos de reshoring/nearshoring procedentes de China y el sudeste asiático
•Utilizar la inteligencia de mercados para encontrar nuevos nichos de negocio. En esto es particularmente relevante el rol de las agencias de promoción de comercio e inversión
Fin de la cita.
En conclusión, los países cercanos a los Estados Unidos deben prepararse para captar inversión en el contexto de la re-localización de las cadenas globales de valor, para lo cual se deben realizar reformas institucionales para mejorar el ambiente de negocios e invertir en la formación de los recursos humanos necesarios. Los procesos de onshoring y nearshoring toman tiempo y preparación, pero es un cambio que está se acelerando a raíz de los riesgos de concentrar las cadenas de suministros en áreas geográficas específicas.
No obstante, está claro que muchas empresas permanecerán en Asia, particularmente en China, no solo porque tienen la capacidad instalada para fabricar bienes a gran escala sino también porque muchas empresas desean mantener el acceso a ese gran mercado que, de por sí, es bastante redituable.
Referencias
- Edgecliffe-Johnson, Andrew (2020). Global Threats Are Reordering Supply Chains, Says Report. The Financial Times. https://www.ft.com/content/a4544767-f93d-48b0-bde4-ad8a582922ab
para
- López, Arnoldo y Ruiz-Arranz, Marta (2020). América Latina y el Caribe Post Covid-19: Retos y Oportunidades. Banco Interamericano de Desarrollo. https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/ALC-Post-COVID-19-Retos-y-oportunidades-para-paises-de-Centroamerica-Haiti-Mexico-Panamá-y-Republica-Dominicana.pdf
- McKinsey Global Institute (2020). Risk, Resilience, and Rebalancing in Global Value Chains.
https://www.mckinsey.com/business-functions/operations/our-insights/risk-resilience-and-rebalancing-in-global-value-chains