miércoles, 5 de febrero de 2014

Turbulencias en los Mercados Financieros no afectaría a todos lospaíses por igual

El curso que está tomando la política monetaria de los EstadosUnidos de América y las expectativas sobre continuación del retiro gradual del estimulo monetario, está contribuyendo a una nueva ola de reversión de flujos de capitales desde los mercados emergentes. Ello a pesar de que habría incertidumbre en torno a la calidad de la recuperación de la economía estadounidense, dado que una parte de la caída del desempleo es atribuida a una menor tasa de participación en la fuerza laboral por el aumento en los desalentados, situación que perjudicaría el consumo privado.

Los países emergentes con fundamentos macroeconómicos débiles, caracterizados por altos déficit en cuenta corriente, baja presión fiscal respecto al PIB, así como menores perspectivas de crecimiento económico son los que se perciben más vulnerables de experimentar salidas de capitales y depreciación monetaria.

La ralentización de China empujó a la baja la demanda por bienes primarios, perjudicando las perspectivas de las economías emergentes dependientes de las exportaciones de commodities. Algunos de esos países han emitido bonos soberanos adquiridos, principalmente, por extranjeros. Esas economías emergentes, altamente apalancadas con financiamiento externo de corto plazo y con acceso a los mercados de capitales experimentan presiones cambiarias significativas.

En algunos países, las intervenciones de los bancos centrales por medio de la pérdida de reservas y el aumento en las tasas de interés de política monetaria no han sido suficientes para mitigar las expectativas de depreciación manteniéndose la presión sobre el mercado cambiario. Tales son los casos de Turquía, Sudáfrica e Indonesia.

En el caso de la República Dominicana, se observque esta economía creció en 4.1% en 2013 mientras proyecta una expansión cercana al 5% en 2014, al tiempo que su déficit en cuenta corriente se redujo de 6.7% del PIB en 2012, a 4.5% del PIB en 2013 proyectando reducirse a 4.0% del PIB en 2014. Adicionalmente, la RD consolidó sus finanzas públicas en 2013 combinando una reducción de gasto y un aumento de impuestos que disminuyó su déficit fiscal en alrededor de 4 puntos porcentuales del PIB. En este sentido, el país no sufriría de las debilidades en sus fundamentos como otras economías emergentes por lo que no experimentaría importantes presiones sobre su moneda, además de que su escaso desarrollo financiero la previene de estar expuesta al capital internacional de manera directa. Es por eso que la RD no debe experimentar altas presiones cambiarias, como sucede en otros países, porque tampoco tuvo una alta apreciación monetaria como las economías emergentes que financiaron sus déficits externos con elevadas entradas de capitales de corto plazo.