martes, 31 de diciembre de 2013

Sobre las cualidades requeridas para ser gobernador(a) de un banco central

Por Odalis F. Marte
@ofmarte

A partir de enero de 2014, el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América estrena un nuevo liderazgo en la conducción de la política monetaria de la primera economía del mundo. La novedad es mayor por tratarse de la  primera vez desde la fundación de ese banco central, hace ya cien años, que estaría dirigido por una mujer, Janet Yellen. La selección de la nueva persona a cargo de ese ente emisor no estuvo libre de controversias, como es del conocimiento público, una persona que se pondría al frente de la institución a cargo de la emisión de dinero debe ser cuidadosamente examinada. Lo más importante de ese proceso fue que se produjo una discusión abierta y comprensible acerca de las cualidades de un individuo para ocupar el cargo de gobernador o gobernadora de un banco central.

Anticipadamente, Neil Irwin, autor de “The Alchemists: Three Central Bankers and a World on Fire”[1], contribuyó con una descripción sobre las características que ha de tener un profesional para ser gobernador de un banco central, al analizar en su obra el manejo por parte de los principales banqueros centrales de la crisis financiera internacional iniciada en el año 2008. En primer lugar, el gobernador de un banco central debe ser un buen economista, altamente calificado y experimentado, con la capacidad de comprender el entorno internacional relevante para la economía de su país, el contexto doméstico y las políticas macroeconómicas adecuadas, tanto para sortear las amenazas sobre la salud económica de su país como para anticipar potenciales problemas en el futuro para preservar la estabilidad de precios y así coadyuvar al crecimiento económico sostenido.

En segundo lugar, el gobernador de un banco central debe ser un buen gerente. Un banco central es, por lo general, una gran corporación que emplea a centenares de personas encargadas de distintos procesos técnicos, administrativos y de rendición de cuentas. Tercero, el gobernador de un banco central debe ser un buen político puesto que esa posición requiere de capacidad de negociación, conciliación y diálogo con los cargos políticos electos por voto popular y el sector privado. Esto exige del gobernador o gobernadora mantener un delicado equilibrio entre las presiones políticas y el cabildeo de distintos grupos de intereses privados.

En cuarto lugar, el gobernador de un banco central debe ser un buen comunicador. Dependiendo de los riesgos sobre las metas de la política monetaria y, en ocasiones, del ciclo en que se encuentre la economía (alto/bajo crecimiento o contracción de la producción –recesión), los bancos centrales suelen tomar decisiones que pueden aumentar o disminuir la cantidad de dinero en la economía alterando las tasas de interés para afectar la actividad económica en el corto plazo. Y los precios. El razonamiento económico detrás de las medidas de los bancos centrales puede ser incomprendido por la ciudadanía, lo cual hace necesaria una comunicación fluida y comprensible tanto para los agentes económicos como para la ciudadanía en general.

Reunir las cualidades de buen economista, buen gerente, buen político y buen comunicador en una persona no es tan fácil habida cuenta de que el cargo de gobernador de un banco central es, en la práctica, el de mayor poder e importancia, solo detrás del presidente de la república. También es una posición que recibe intensas presiones políticas y de grupos del sector privado.