jueves, 25 de noviembre de 2021

Abolición del ejército: bienestar social y prestigio mundial de Costa Rica

 El 1 de diciembre de 1948, Costa Rica tomó una trascendental decisión que no sólo le valió el reconocimiento internacional por ser pionera sino que contribuyó a que este país pudiera ofrecer a sus ciudadanos un nivel de vida superior al de sus países vecinos. Esa gran decisión fue abolir su ejército junto a la implementación de un conjunto de reformas política, económicas y sociales.


Con la abolición de sus fuerzas armadas, Costa Rica superó un pasado de cierta violencia, pues entre los años de 1823 y 1870, el país vivió varios conflictos políticos que se resolvieron mediante el uso de la fuerza. Durante estos años del siglo XIX, generalmente se organizaban grupos armados que entraban en pelea, pero que luego se disolvían una vez finalizado el conflicto. Sin embargo, en las principales ciudades de Costa Rica existían diferentes cuarteles y comandancias encargadas de mantener el orden y en donde se resguardaba la artillería del ejército. A finales del siglo XIX, el número de efectivos del ejército costarricense pasó de alrededor de 15,000 hombres en 1874, a cerca de 50,000 en el año 1900.


El último gran conflicto que vivió Costa Rica ocurrió en los meses de marzo y abril de 1948, cuando se desencadenó la Guerra Civil. Esta lucha armada sucedió debido a la anulación de las elecciones por parte del Congreso desconociendo el triunfo del político Otilio Ulate, candidato de la oposición. Una vez finalizada la guerra, se conformó una Junta de Gobierno presidida por José Figueres Ferrer, líder del grupo armado que ganó la guerra civil llamado Ejército de Liberación Nacional quien, en un primer período, gobernó de facto por 18 meses y encabezó las reformas que incluyeron eliminar las fuerzas armadas, entre otros cientos de decretos de ley tendientes a reorganizar el país, y en noviembre de 1949 se emitió la Constitución Política. 


Figueres Ferrer encabezó un gobierno de facto constituido en la llamada Junta Fundadora de la Segunda República. Los decretos de la Junta, en medio de un gran debate nacional, sentaron las bases para la transformación de la sociedad costarricense fortaleciendo, justamente, la democracia y obteniéndose conquistas a nivel social, como las Garantías Sociales (impulsadas por su adversario político, Rafael Calderón Guardia) y una ambiciosa reforma económica.


Es importante resaltar que la superación de la guerra civil no acabó con las amenazas sobre el país, pues en 1955 sucedió un intento de invasión a Costa Rica con la finalidad de derrocar al gobierno electo de José Figueres Ferrer por parte de fuerzas cercanas a su enemigo, el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia. Este intento de invasión se dio desde Nicaragua y contaba con el apoyo de los dictadores Anastasio Somoza del vecino país, Marcos Pérez Jiménez de Venezuela y Rafael Leónidas Trujillo de República Dominicana. La invasión falló debido a que la capacidad bélica del gobierno aún era suficientemente fuerte para repeler una invasión. Además, el segundo gobierno de Figueres Ferrer contaba con legitimidad al haber sido elegido mediante un proceso electoral normal, así que era un presidente constitucional.


Cabe destacar que la falta de unas fuerzas armadas, probablemente, previno a Costa Rica vivir los traumas de los golpes de estado y dictaduras que tanto afectaron (y todavía afectan) a varios países latinoamericanos, lo que facilitó un largo período de estabilidad política para el país.



La abolición del ejército permitió a Costa Rica ganar reputación internacional como país de paz, pero, lo más importante, fue que facilitó la dedicación de recursos públicos para la inversión social y el cuidado del medioambiente incluyendo la flora y fauna del país, tanto en zonas boscosas como en litorales costeros. Esta inversión social significó más fondos públicos disponibles para ser invertidos en educación, salud, seguridad y protección ambiental a lo largo de varios años posteriores a la guerra civil. El bienestar que produjo la vasta inversión social, probablemente impidió la polarización ideológica ideológica y el descontento que desencadenaron conflictos armados en otros países de América Latina.


Como consecuencia de la mayor inversión social a lo largo de muchos años, hoy los costarricenses gozan de mayor bienestar que los ciudadanos de los demás países centroamericanos, siendo Costa Rica el país más rico y con menores diferencias entre ricos y pobres en la región. Un ejemplo de esa inversión social es el hecho de que Costa Rica gasta alrededor del 8% del valor de su producción en educación e invierte una proporción similar de su producto interno bruto (PIB) en salud pública. Es por el bienestar generado por esa inversión social que este país centroamericano recibe más inmigrantes que costarricenses emigrando hacia otros lugares, es decir, contrario a los países de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, la gente de Costa Rica no suele irse de su país en busca de mejor vida. 


Sin embargo, aunque disfruta de índice de desarrollo humano relativamente alto, Costa Rica no es un país económicamente. Tiene el gran reto de mantener y mejorar el bienestar de su población de cara a los desafíos del siglo XXI, incluyendo la creciente brecha entre ricos y pobres, el cambio climático, la actual pandemia de la Covid-19 y las futuras pandemias. El país necesita una mejor economía que produzca empleos para su población y un Estado más eficiente.



Referencias


Archivo Nacional de Costa Rica. https://www.archivonacional.go.cr/index.php/component/content/article/117-un-momento-con-la-historia/236-diciembre-2020?Itemid=437


Biografía de José María Hipólito Figueres Ferrer. https://es.wikipedia.org/wiki/José_Figueres_Ferrer 


Impacto del gasto social en Costa Rica. https://www.uned.ac.cr/ocex/index.php/124-boletines-articulos/368-impacto-del-gasto-social-en-costa-rica


Mirada al gasto social. https://www.nacion.com/opinion/editorial/mirada-al-gasto-social/MS5LDKRYDJF33EI327TUJO2LJQ/story/