viernes, 18 de marzo de 2022

Reducir impuestos de importación a alimentos tiene sentido en el contexto actual

 Por Odalis Francisco Marte

@ofmarte

El gobierno de la República Dominicana anunció el pasado 7 de marzo de 2022 un conjunto de medidas temporales (con duración de entre 4 y 6 meses) para estabilizar los precios de productos de gran ponderación en la canasta familiar. Así, la intención esas medidas es suavizar el impacto que sobre los precios internos están teniendo las presiones inflacionarias externas. Esas medidas incluyen subsidiar combustibles (PPET>$85<$115) y algunas materias primas de la industria alimenticia, así como subvencionar el transporte público y reducir a cero los aranceles a algunos productos importados de la canasta familiar. (https://presidencia.gob.do/noticias/presidente-abinader-anuncia-medidas-para-estabilizar-el-precio-de-los-combustibles-y-de-la)

Cabe resaltar que los aumentos de precios ocurren por un exceso de demanda respecto a la oferta. En ese sentido, como resultado de una economía dinámica y resiliente a las perturbaciones externas como es la dominicana, los hogares y las empresas del país continúan comprando bienes y servicios, ya sea para aumentar la producción o para satisfacer las crecientes necesidades de consumo. También el Gobierno realiza compras importantes que impactan positivamente la actividad económica. Toda esa demanda agregada supera la oferta de bienes, tanto producidos internamente e importados por lo que los precios han tendido a subir.

Un aspecto por destacar es que una proporción muy importante de esos aumentos generales de precios corresponde a los grupos de bienes Alimentos y Bebidas No Alcohólicas, que representa 23.8% la canasta familiar siendo la más alta ponderación en el gasto de los hogares dominicanos. Esto preocupa al Gobierno, pero sobre todo a los hogares por lo que nuestras autoridades se han visto obligadas a actuar.

Para ponerlo en contexto. La economía dominicana ha estado experimentando un aumento importante en las presiones inflacionarias a partir del año 2019. Así, si bien la inflación general en 2019 fue de 3.7%, la inflación del grupo alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 7.1%. Según el Informe de Política Monetaria del BCRD de noviembre de ese año, desde el mes de junio, la inflación empezó a mostrar una tendencia al impactada por los efectos de la sequía sobre los precios de los productos agropecuarios.

Del mismo modo, en 2020 la inflación general fue de 5.6%, pero la del grupo de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas fue de 8.7 % y en 2021 se registró una inflación general de 8.5%, pero la de alimentos fue de 9.2%.

Es comprensible que preocupe a sectores vinculados a la producción de alimentos que aumente la competencia para sus productos en el mercado nacional. En efecto, lo que el Gobierno para perseguir es aumentar la oferta de alimentos para, de ese modo, reducir el exceso de demanda y facilitar que bajen los precios o, al menos dejen de subir tanto. Claro está que los productores temen una reducción de sus ingresos y, por consiguiente, una amenaza a la rentabilidad y viabilidad de sus empresas, pero las medidas anunciadas son de carácter temporal por lo que no deberían ser una amenaza vital para el conjunto de los productores nacionales, habida cuenta de que habría un subsidio que afectaría positivamente sus costos por materias primas importadas.