lunes, 8 de diciembre de 2014

Sobre la economía política del cambio climático

Por Odalis F. Marte
@ofmarte 

Existe amplia evidencia sobre los efectos de las actividades económicas humanas sobre la alteración del clima, manifestándose en dislocación de los cliclos climáticos - incluyendo aumentos de temperatura, aumento de frecuencia de desastres naturales vinculados al clima, así como la merma y hasta desaparición de especies animales y vegetales por pérdida de hábitat y fuentes de alimentación. Cabe hacernos una pregunta retórica: ¿qué más daño podremos hacer a nuestro planeta sin dañarnos severamente nosotros mismos?

A pesar de ser los países desarrollados los principales responsables de la contaminación que está alterando los ciclos climáticos, son los países en vías de desarrollo los más afectados y amenazados en su supervivencia. Ejemplo de ello es el caso de América Latina, responsable del 12.5% de las emisiones de dióxido de carbono en el mundo experimentaría un enorme perjuicio económico por el aumento de la temperatura global en aproximadamente 4 grados en las próximas décadas. No todos los países perderían por igual y puede que algunos ganen en el corto plazo, lo que dificulta alcanzar acuerdos para enfrentar la situación y tratar de moderar tanto daño al planeta.

En el caso de la República Dominicana, país con una relativamente alta densidad de población y que ocupa parte de una isla sobre poblada, debe prestar altísimo interés al cambio climático. Un aumento de la temperatura derretiría glaciales que haría subir el nivel del mar lo que podría perjudicar a las playas que sirven de atractivo turístico por la potencial pérdida de territorio al ser inundadas por el mar. Es algo serio que debe tomarse muy en serio.

Afortunadamente, se están dando los movimientos de conciencia, ciencia, presiones políticas y hasta oportunidades económicas que están poniendo incentivos para que los principales países aborden el cambio climático con una visión de mitigación, prevención, inclusión y transformación productiva. La toma de conciencia internacional y las negociaciones a nivel de la Organización para las Naciones Unidas están a mitad de camino, pero avanzan. Se espera que, luego de las reuniones de Lima, Perú, en diciembre de 2014, se logren arribar a acuerdos que comprometan a la mayoría de las países - principalmente a los más contaminantes, a adoptar un plan comprehensivo de reducción de emisiones de dióxido de carbono en un plazo razonable, al tiempo que se amplíe el apoyo financiero y la transferencia de tecnologías para agilizar las transformaciones productivas que reduzcan la basura contaminante, use menos combustibles fósiles, optimice el uso del agua y las fuentes renovables de energía conjuntamente con la mejor producción de alimentos y otros bienes necesarios.