lunes, 12 de diciembre de 2016

El involucramiento del sector privado es esencial para combatir el cambio climático en la República Dominicana

Por Odalis F. Marte
@ofmarte

El Acuerdo de París sobre cambio climático recoge los compromisos asumidos por los distintos países para contribuir a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en porcentajes entre 20% y 35% para 2030 y así impedir que la temperatura se eleve más de 2 grados centígrados (preferiblemente en 1.50C o menoscon respecto a la era preindustrial en los próximos 84 años. En el caso de la República Dominicana, luego de la ratificación del Acuerdo, el país se compromete a reducir sus emisiones de GEI en 25% para 2030, según lo establecido en la Estrategia Nacional de Desarrollo.

Los compromisos asumidos por los distintos países implicainversiones que pueden sobrepasar la capacidad del ahorrointerno para financiarlas. También requiere de acceder a tecnologías que faciliten la transición desde el uso de fuentes de energía fósiles a renovables.

La conferencia sobre cambio climático en Marrakech, Marruecos (COP22), buscaba de algún modo operacionalizar las contribuciones nacionales en torno al Acuerdo de París para lo cual se debían delinear un conjunto de acciones sobre cómo reducir los GEI tomando en consideración, además de los temas generales de financiamiento y transferencias tecnológicas, los detalles sobre los planes de descarbonización de los distintos sectores económicos que contribuyen a las emisiones de GEI.

Gráfico 1.
 
Fuente: FAO, 2016.
El gráfico 1 muestra la contribución de distintas actividades económicas a las emisiones globales de GEI, destacándose que la producción de energía, de alimentos y recursos forestales y otros usos de suelo, así como el transporte aportan aproximadamente el 80% de la contaminación en el mundo. En este sentido, para lograr modificar la función de producción de la economía global, es imprescindible establecer las alianzas público-privadas que faciliten las tecnologías, los recursos financieros, las acciones sectoriales, así como las políticas públicas que son transversales a todas las instancias de los Estados para lograr reducir la velocidad en la que se calienta el globo terráqueo.

Gráfico 2

En el caso de la República Dominicana, el gráfico 2 muestra la contribución a las emisiones de GEI del país por actividades económicas, destacándose que la producción de energía, la agricultura y uso de suelos, así como la disposición final de los residuos sólidos (basura) representan el 94.7% de las emisiones de GEI. Estas medidas toman como referencia el año 2010.

Como lograr una transformación ordenada de la matriz energética que potencie la actividad económica requiere de bastos recursos, los fondos públicos y los provenientes de la cooperación internacional no serían suficientes por lo que sería el sector privado, tanto interno como extranjero, el que debería aportar mayores fondos en forma de inversión redituable para el mismo. En ese sentido, la política pública debe servir un ambiente de negocios apropiado para este propósito.

Las políticas públicas pueden motivar al sector privado a invertir en energía limpia y en transitar hacia el uso de fuentes renovables de energía mediante la política fiscal al rebalancear la carga tributaria en beneficio del uso prácticas deseadas para reducir las emisiones de GEI. También la política fiscal puede motivar al sistema financiera a canalizar recursos hacia el sector privado para transformación productiva que reduzca las emisiones de GEI mediante distintos mecanismos, incluyendo lineamientos de banca verde.


martes, 20 de septiembre de 2016

La política monetaria puede contribuir al compromiso nacional ante el cambio climático

Por Odalis F. Marte
      @ofmarte

Existe mayor conciencia de que el cambio climático no es simplemente un problema ambiental sino un gran reto económico. En efecto, el alza de la temperatura global implica importantes alteraciones en las estaciones del año, incluyendo los ciclos de lluvia con mayores inundaciones, las temporadas secas más prolongadas y severas, los inviernos más temperados y el aumento del nivel del mar por los deshielos en los polos del planeta, todo lo cual obliga a cambios de función de producción en la economía mundial.

A pesar de ser los países desarrollados los principales responsables de la contaminación que está alterando los ciclos climáticos, son los países en vías de desarrollo los más afectados y amenazados en su supervivencia. Ejemplo de ello es el caso de América Latina, responsable de aproximadamente  13% de las emisiones de carbono en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas, experimentaría un enorme perjuicio económico por el aumento de la temperatura global. En el caso de la República Dominicana, como estado pequeño insular en vías de desarrollo y con una relativamente alta densidad de población se considera muy vulnerable al cambio climático, la elevación del nivel del mar y los desastres naturales.

Afortunadamente, se están dando los movimientos de conciencia, ciencia, presiones políticas y hasta oportunidades de negocios que están poniendo incentivos para que los principales países aborden el cambio climático con una visión de mitigación, prevención, inclusión y transformación productiva. Bajo estas circunstancias, ¿cómo podría contribuir la política monetaria para sortear los impactos del cambio climático sobre economías como la dominicana?

Para tener una idea de esta potencial contribución es importante aclarar que la política monetaria es el componente de la política económica de un gobierno que se encarga de administrar la cantidad de dinero en la economía procurando que el equilibrio entre la oferta y la demanda de dinero permita un nivel deseado de inflación y un funcionamiento adecuado de los sistemas financiero y de pagos. La institución a cargo de implementar la política monetaria es el Banco Central, el cual puede influir en las tasas de interés que la banca paga por los ahorros y cobra por los préstamos aumentado o disminuyendo la cantidad de dinero en la economía, dado que es la única entidad que puede emitir dinero a nivel nacional.

Un aspecto vital en la lucha contra el cambio climático es precisamente el financiamiento. Dado que, según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero de República Dominicana, el sector generador de energía es responsable de aproximadamente el 62% de esos gases en el país. Por consiguiente,  para que los agentes económicos puedan lograr una transformación productiva hacia fuentes limpias de energía y minimizar las emisiones de carbono enfrentan un costo de transición el cual requiere de financiamiento. La movilización de recursos financieros para sustentar la transición desde un sistema de producción intensivo en el uso de energías fósiles hacia un modo en donde prevalezca la utilización de energías no contaminantes. En ese sentido, como ente regulador del sistema financiero, un banco central puede alentar a los bancos a canalizar recursos hacia el sector privado para que éste acceda a tecnologías que les permitan una producción limpia, salvo limitaciones de tipo legales o prudenciales.

Fuente: Comisión Nacional de Energía

Hay países que han diseñado lineamientos para el financiamiento climático en su regulación financiera, como es el caso de Bangladesh, otros han dedicado líneas de crédito para proyectos de energía limpia y han creado sistemas de garantías para f
acilitar el financiamiento bancario al sector privado, como son los casos de países con alto déficit energético como Pakistán. México está utilizando los avances en su mercado de capitales para el diseño de vehículos financieros especialmente bonos para el financiamiento climático.

En la República Dominicana estamos aprendiendo de esas experiencias y analizando las posibilidades que permiten nuestro marco legal. El Banco Central de la República Dominicana ha estado colaborando en el Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo limpio en las delegaciones dominicanas en las cumbres sobre cambio climático de Lima en 2014 y París en 2015. Además, hay personal técnico de la institución estudiando las implicaciones del cambio climático en la economía en el largo plazo y colaborando con el diseño de mecanismos de financiamiento climático en foros internacionales. De esta cooperación interinstitucional se esperan productos que se conocerán en el futuro cercano.

viernes, 24 de junio de 2016

Opinión temprana sobre el “Brexit” y la perspectiva dominicana

Por Odalis F. Marte
      @ofmarte

Los mercados están sorprendidos de la decisión de la mayoría de los electores británicos (52%) de votar por la salida de su país de la Unión Europea (UE). Dado lo inusitado de este evento y la incertidumbre que acarrea, sus potenciales efectos sobre la economía mundial parecen aún impredecibles. Los efectos finales dependerán de qué tanto se restrinjan las condiciones financieras a nivel internacional (recordar que Londres  es uno de los mayores centros financieros mundiales) y cómo esto afectaría las expectativas en los mercados lo cual, a su vez, dependería de qué tan ordenada sería la salida del Reino Unido (RU) de la UE en los próximos dos años.

Sin embargo, es importante notar que los tratados comerciales suscritos por la UE (unos 500) dejarían de ser aplicables para el RU lo cual dejaría a la opción de los británicos si desearían continuarlos bajo los mismos términos o renegociarlos. Esto podría tomar mucho tiempo.



Los potenciales efectos para la República Dominicana

La misma incertidumbre que arropa a la economía mundial, obviamente, afectaría a la República Dominicana (RD). No obstante, se puede conjeturar que, en lo concerniente a la relación comercial de la RD con la UE y el RU, no experimentaría cambios significativos en el corto plazo. Pero  en los próximos dos años el impacto por la vía comercial dependería de la manera en que se produciría la separación RU-UE.

Los potenciales efectos sobre la economía dominicana, en general, no serían directos. En el corto plazo deberían ser pequeños o nulos, en el largo plazo podría afectar a la RD por tres vías: por medio del efecto que tuviera sobre la economía de los Estados Unidos de América (EUA), por la vía del comercio bilateral UE-UK y por el canal de las expectativas.

En lo concerniente a la economía de EUA, según el Banco de la Reserva Federal, los efectos que pudiera tener el Brexit sobre esa economía dependería de sus impactos sobre las condiciones financieras internacionales. Si los flujos de capitales se refugiaran en EUA y  se apreciara el dólar de manera considerable, el PIB estadounidense pudiera desacelerarse ligeramente (entre 0.2% y 0.4%), con un rezago de cuatro trimestres.

El comercio de la RD con el RU, bajo el Acuerdo de Asociación Económica con la UE (EPA) no se debería afectarse en el corto plazo en tanto que se negocia la salida del RU de la UE en los próximos dos años y se renegocia en mucho más tiempo. 

Mientras los mercados de capitales se mantienen volátiles, el dólar estadounidense tiende a apreciarse, mientras el oro se cotiza al alza y el petróleo a la baja. En ese sentido, el efecto neto de la crisis del #Brexit sobre la economía dominicana sería pequeño o nulo. Pero debemos estar atentos y tener un plan B...