Por Odalis
F. Marte
@ofmarte
A partir de
enero de 2014, el Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América
estrena un nuevo liderazgo en la conducción de la política monetaria de la
primera economía del mundo. La novedad es mayor por tratarse de la primera vez desde la fundación de ese banco
central, hace ya cien años, que estaría dirigido por una mujer, Janet Yellen.
La selección de la nueva persona a cargo de ese ente emisor no estuvo libre de
controversias, como es del conocimiento público, una persona que se pondría al
frente de la institución a cargo de la emisión de dinero debe ser
cuidadosamente examinada. Lo más importante de ese proceso fue que se produjo una discusión abierta y comprensible acerca de las cualidades de un individuo
para ocupar el cargo de gobernador o gobernadora de un banco central.
Anticipadamente,
Neil Irwin, autor de “The Alchemists: Three Central Bankers and a World on Fire”[1],
contribuyó con una descripción sobre las características que ha de tener un profesional
para ser gobernador de un banco central, al analizar en su obra el manejo por
parte de los principales banqueros centrales de la crisis financiera
internacional iniciada en el año 2008. En primer lugar, el gobernador de un banco central debe ser un buen
economista, altamente calificado y experimentado, con la capacidad de
comprender el entorno internacional relevante para la economía de su país, el
contexto doméstico y las políticas macroeconómicas adecuadas, tanto para
sortear las amenazas sobre la salud económica de su país como para anticipar
potenciales problemas en el futuro para preservar la estabilidad de precios y así coadyuvar al crecimiento económico sostenido.
En segundo
lugar, el gobernador de un banco central debe ser un buen gerente. Un banco
central es, por lo general, una gran corporación que emplea a centenares de
personas encargadas de distintos procesos técnicos, administrativos y de
rendición de cuentas. Tercero, el gobernador de un banco central debe ser un buen político puesto que esa posición requiere de capacidad de negociación, conciliación y diálogo con los cargos políticos electos por voto popular y el sector privado. Esto exige del
gobernador o gobernadora mantener un delicado equilibrio entre las presiones
políticas y el cabildeo de distintos grupos de intereses privados.
En cuarto
lugar, el gobernador de un banco central debe ser un buen comunicador.
Dependiendo de los riesgos sobre las metas de la política monetaria y, en
ocasiones, del ciclo en que se encuentre la economía (alto/bajo crecimiento o
contracción de la producción –recesión), los bancos centrales suelen tomar
decisiones que pueden aumentar o disminuir la cantidad de dinero en la economía
alterando las tasas de interés para afectar la actividad económica en el corto
plazo. Y los precios. El razonamiento económico detrás de las medidas de los
bancos centrales puede ser incomprendido por la ciudadanía, lo cual hace
necesaria una comunicación fluida y comprensible tanto para los agentes
económicos como para la ciudadanía en general.
Reunir las
cualidades de buen economista, buen gerente, buen político y buen comunicador
en una persona no es tan fácil habida cuenta de que el cargo de gobernador de un banco
central es, en la práctica, el de mayor poder e importancia, solo detrás
del presidente de la república. También es una posición que recibe intensas presiones
políticas y de grupos del sector privado.
[1] The
Pinguin Press, 2013. http://www.amazon.com/The-Alchemists-Three-Central-Bankers/dp/1594204624
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