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El Acuerdo de París sobre cambio climático recoge los compromisos asumidos por los distintos países para contribuir a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en porcentajes entre 20% y 35% para 2030 y así impedir que la temperatura se eleve más de 2 grados centígrados (preferiblemente en 1.50C o menos) con respecto a la era preindustrial en los próximos 84 años. En el caso de la República Dominicana, luego de la ratificación del Acuerdo, el país se compromete a reducir sus emisiones de GEI en 25% para 2030, según lo establecido en la Estrategia Nacional de Desarrollo.
Los compromisos asumidos por los distintos países implicainversiones que pueden sobrepasar la capacidad del ahorrointerno para financiarlas. También requiere de acceder a tecnologías que faciliten la transición desde el uso de fuentes de energía fósiles a renovables.
La conferencia sobre cambio climático en Marrakech, Marruecos (COP22), buscaba de algún modo operacionalizar las contribuciones nacionales en torno al Acuerdo de París para lo cual se debían delinear un conjunto de acciones sobre cómo reducir los GEI tomando en consideración, además de los temas generales de financiamiento y transferencias tecnológicas, los detalles sobre los planes de descarbonización de los distintos sectores económicos que contribuyen a las emisiones de GEI.
Gráfico 1.
El gráfico 1 muestra la contribución de distintas actividades económicas a las emisiones globales de GEI, destacándose que la producción de energía, de alimentos y recursos forestales y otros usos de suelo, así como el transporte aportan aproximadamente el 80% de la contaminación en el mundo. En este sentido, para lograr modificar la función de producción de la economía global, es imprescindible establecer las alianzas público-privadas que faciliten las tecnologías, los recursos financieros, las acciones sectoriales, así como las políticas públicas que son transversales a todas las instancias de los Estados para lograr reducir la velocidad en la que se calienta el globo terráqueo.
Gráfico 2
En el caso de la República Dominicana, el gráfico 2 muestra la contribución a las emisiones de GEI del país por actividades económicas, destacándose que la producción de energía, la agricultura y uso de suelos, así como la disposición final de los residuos sólidos (basura) representan el 94.7% de las emisiones de GEI. Estas medidas toman como referencia el año 2010.
Como lograr una transformación ordenada de la matriz energética que potencie la actividad económica requiere de bastos recursos, los fondos públicos y los provenientes de la cooperación internacional no serían suficientes por lo que sería el sector privado, tanto interno como extranjero, el que debería aportar mayores fondos en forma de inversión redituable para el mismo. En ese sentido, la política pública debe servir un ambiente de negocios apropiado para este propósito.
Las políticas públicas pueden motivar al sector privado a invertir en energía limpia y en transitar hacia el uso de fuentes renovables de energía mediante la política fiscal al rebalancear la carga tributaria en beneficio del uso prácticas deseadas para reducir las emisiones de GEI. También la política fiscal puede motivar al sistema financiera a canalizar recursos hacia el sector privado para transformación productiva que reduzca las emisiones de GEI mediante distintos mecanismos, incluyendo lineamientos de banca verde.
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