El debate sobre la necesidad de una reforma del mercado laboral en la República Dominicana se ha concentrado en un enfoque legalista y hasta de lucha de clases, obviando contextualizar la discusión en torno a los cambios registrados en la economía mundial luego de la crisis financiera internacional, y los efectos de esa situación sobre economías pequeñas como la dominicana.
La realidad es más compleja de lo que se discute: si el derecho a pago de prestaciones por cesantía debe ser sustituido por un seguro de desempleo... Ciertamente, hay consideraciones de tipo legal que involucran derechos de los trabajadores y de las empresas y que afectan principalmente a los pequeños negocios cuya capacidad financiera les impediría aguantar una demanda laboral poniendo en peligro de quiebra a pymes y arriesgando los puestos de trabajo que emplea.
Desde la perspectiva de una política de marcado de trabajo, se puede puede tener dos enfoques: de protección al trabajador y de protección del trabajo. En países de economías desarrolladas y de pleno empleo se implementaron políticas de protección al trabajador por décadas puesto que sus economías solían generar suficientes empleos para la población en edad de trabajar y sus empresas creaban suficientes ganancias como para repartir mejor sus beneficios. Esto hizo posible un conjunto de "conquistas" en favor de los trabajadores. Como los jóvenes se incorporaban con relativa facilidad al mercado laboral, estos podían cotizar a fondos de pensiones de reparto para pagar el retiro de sus mayores y, si algo faltaba, lo pagaban sus gobiernos hasta tanto pudieron soportar las finanzas públicas.
Luego de la crisis financiera internacional que explotó en la segunda mitad de 2008, convertida en crisis económica que redujo la capacidad de la economía mundial de crecer como en la década previa, la situación ha cambiado. Las economías no generan los empleos de antes, por lo que menos personas encuentran trabajo como sucedía en el pasado, obligando a muchos países a cambiar su enfoque de mercado laboral hacia la protección del trabajo en vez de la protección del trabajador.
Proteger el trabajo no implica necesariamente desproteger al trabajador
Políticas de protección del empleo implican facilitar un marco de flexibilidad en el mercado de manera que las empresas puedan maximizar el uso del factor trabajo, es decir, poder emplear la mayor cantidad de personas y así reducir en desempleo. Bajo este enfoque se entiende que es mejor tener la mayor cantidad posible gente trabajando con menos protección a tener pocos empleados altamente protegidos. No obstante, mayor empleo implicaría, en el largo plazo, mayores salarios lo cual daría bienestar a los trabajadores.
Visto lo anterior, la necesidad de reforma del mercado de trabajo en la República Dominicana se correspondería con un enfoque de política laboral dirigida a proteger el empleo en beneficio de los que no tienen trabajo al tiempo que permitiría que las empresas, principalmente las pequeñas, puedan contratar y despedir con mayor flexibilidad sin arriesgarse a la quiebra por un conflicto laboral.
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