jueves, 3 de julio de 2014

La Estabilidad social es un elemento básico para el desarrollo

Por Odalis F. Marte
La estabilidad social puede ser entendida como el firme equilibrio entre los diferentes sectores que actúan autónomamente en la vida social, de forma tal que las acciones de un grupo específico en detrimento de otros intereses particulares no puedan producir conflictos en los que potencialmente se lesionen con relativa facilidad los derechos individuales y/o de propiedad. La misma implica una constante armonía en los ámbitos de los quehaceres político, empresarial, sindical, cultural, deportivo, religioso, comunitario, etc.

La base de la estabilidad social está sustentada en las instituciones (la familia, la propiedad, el Estado, etc.), las cuales son entidades de entero crédito que reglamentan y regulan las relaciones humanas en las diferentes áreas de actividad. Estas se establecen por derecho y son legitimadas por la efectividad de su ejercicio.

Uno de los problemas que afectan considerablemente el desarrollo económico, social y hasta mental de una nación es su base político-institucional. Si existen reglas de juego claras, leyes establecidas para prevenir y sancionar violaciones a los derechos individuales así como la autoridad legítima y legalmente establecida para hacer cumplir la Ley e informar sobre la misma entonces habrá un ambiente adecuado para el desarrollo del ingenio empresarial.

El economista y politólogo austríaco-estadounidense Joseph A.Schumpeter (1883-1950) en sus estudios sobre el desarrollo de la economía de mercado habría de concluir que un elemento importante del que depende el desarrollo económico sería la tasa de talento empresarial dispersa en una nación, pero la abundancia o escasez de talento empresarial dependía del ambiente socio-cultural, es decir, de aquellas instituciones que permiten que el ser humano concentre sus esfuerzos en crear nuevas cosas (como nuevos negocios o empresas), innovar (mejorando lo existente), inventar (utilizando la imaginación para producir algo nuevo que resuelva un problema); esas son las instituciones políticas.

                        

El empresario o empresaria que define Schumpeter es un innovador que no necesariamente es motivado por los beneficios que consigue en sus negocios sino por la satisfacción de crear algo (un nuevo producto, una nueva empresa, un cambio tecnológico). El desarrollo se produce cuando los empresarios y empresarias introducen innovaciones que hacen que la productividad salte a un nivel mayor al anteriormente establecido antes de producirse el cambio. El empresario no es necesariamente un capitalista o inversionista: puede ser un inventor, un ejecutivo, artista, etc. Los cambios tecnológicos son aplicaciones de conocimientos científicos y artísticos al mejoramiento de la productividad, pensemos en el arte y la ciencia que se utiliza para producir computadoras, tablets, teléfonos celulares y otros dispositivos móviles, y los programas para que sus aplicaciones mejoren la producción.

Las inversiones de largo plazo – que son las que suelen generar empleos y ocupar el talento empresarial requieren de visión, saber hacia dónde vamos, de que los hombres y las mujeres de negocios puedan estimar con poco margen de error cuál sería su demanda efectiva. Esto es posible cuando existe estabilidad social, lo cual no necesariamente implica falta de evolución o cambio según avanzan los conocimientos humanos. Por lo tanto, emplazamos a los políticos, la sociedad civil y a nosotros mismos a trabajar en pos de crear el ambiente sociocultural adecuado al desarrollo de más empresarios y empresarias que pueblen de negocios e innovaciones nuestra sociedad. Esto lo conseguiremos fortaleciendo nuestra base político-institucional.

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