viernes, 2 de mayo de 2014

Competitividad empresarial: Valor del Consumidor

En un contexto de escasa competencia, el consumidor es un elemento más en el mercado al que simplemente se le suplen necesidades extrayéndole rentas. Es por ello que en la República Dominicana el mercadeo como actividad profesional no se empieza a desarrollar con cierta envergadura sino a partir de la incipiente apertura comercial iniciada a partir del año 1990.

A partir de la entrada al mercado de nuevos agentes productores de bienes y servicios nacionales e importados se ofrecen al consumidor distintas alternativas de compra, lo cual lo hace ser un tanto más el elemento central de la actividad comercial puesto que las empresas se pelean por conquistar el favor de sus compras.

Ha sido tema de mucha ocupación y preocupación para más de una empresa internalizar la idea de en qué consiste ser realmente competitivo y, a partir de ahí algunas reflexiones. Para ser competitivo hay que:

Presentar la oferta a más bajo precio, por lo que hay que bajar costos, pero no descuidando la calidad tanto del producto en sí como de su presentación, al contrario: la diferenciación otorga ventajas competitivas y mayor poder sobre el precio del bien o servicio que se produce y se vende
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Dar a conocer el producto a través de los clientes satisfechos (bien servidos), así como a través del uso racional de la publicidad.
Establecer efectivos canales de distribución que agilicen la entrega del producto tanto a distribuidores como a consumidores finales.
Innovación constante tanto en el mejoramiento de los actuales productos como en el desarrollo de nuevas opciones de consumo para el demandante

Poseer una imagen pública que sustente los esfuerzos de  convencer al público a través de la publicidad, a través de la armonización de un ambiente de trabajo cordial con una política de relaciones públicas que articule la empresa con la comunidad más allá de la oferta del producto que satisfaga necesidades de la misma

El factor humano es un agente central en la promoción del crecimiento empresarial en un contexto de economía de mercado en desarrollo, de ahí la permanente capacitación a que deben ser sometidos tanto los administradores (quienes toman las decisiones que conducen los negocios), como toda la empleomanía.

Algunas empresas que trabajan directamente con el público a veces descuidan capacitar a su personal de venta para tratar adecuadamente con diferentes tipos de clientes, manteniendo la cordialidad con los mismos. Expresiones como ¿qué desea? cuando un cliente entra a una tienda o empresa que trabaja de cara al público, en vez de decirse ¿en qué podemos servirle ? así como secretarias, recepcionistas, dependientes, etc. que no dan un trato cordial aun al más amable de los clientes, resta competitividad a la empresa. Es por eso que el proceso de mejoramiento de la competitividad debe ser integral y detallado.

Ser competitivo es ofrecer un producto en condiciones de tiempo, precio, características, crédito, entre otros, tales que el consumidor esté dispuesto a adquirirlo. Cuando la competencia se amplía, el cliente tiende a guardar menos fidelidad a una marca específica. La competitividad es un reto perenne al quehacer empresarial, y su mejoramiento es un compromiso de todos.

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